FÚTBOL CALLEJERO
El fútbol callejero fue concebido como una respuesta a las tantas crisis que afectan y atraviesan el “ser joven” en América Latina.
En el inicio, la propuesta fue recuperar un espacio de protagonismo y de diálogo entre jóvenes, en unas sociedades donde la violencia estructural atravesaba todas las relaciones familiares, en el barrio, la escuela, con la comunidad, con los identificados como “otros”.
QUÉ ES EL FÚTBOL CALLEJERO
Nace como una estrategia de trabajo con las juventudes para recuperar un espacio de diálogo entre jóvenes, en un contexto donde la violencia estructural atraviesa todas la relaciones: familiares, en el barrio, la escuela, con la comunidad.

El juego
El Fútbol Callejero se adapta a distintos espacios, porque emula el fútbol de potrero que juegan en los barrios marcando los arcos con dos piedras. Tradicionalmente se juega en canchas reducidas que se arman en calles o espacios verdes, y en eventos hemos preparado las canchas en plazas y avenidas o arterias principales de las ciudades anfitrionas.
CÓMO SE JUEGA
La práctica del Fúbol Callejero se divide en 3 tiempos y busca:
– Contribuir con el desarrollo de la confianza.
– Propiciar el diálogo.
– Promover la particiapción y educación inclusiva.
– Colaborar con los procesos de construcción de ciudadanía.
– Defender los derechos humanos.
– Luchar contra la injusticia.
– Reconocer la diversidad cultural, étnica y racial.
Reglas
Las reglas las establecen los jugadores y el mediador. No apuntan a cambiar el juego sino que responden al contexto: tamaño de la cancha, cantidad de mujeres y hombres en cancha, edades. Tienden a regular el partido: si el tiro lateral se hace con la mano o el pie, qué hacer si hay falta y quién la marca (dado que no hay árbitro), para marcar gol la tiene que haber tocado una mujer, entre otras. También se ponen en juego los valores: cooperación, solidaridad y respeto.
Juego
Se juega el partido, por lo general dos tiempos de 20 minutos y 5 jugadorxs en cancha, respetando la paridad de género.
Reflexión
Al final del juego, no gana quien tenga más goles sino que se adjudica un puntaje tanto a la cantidad de goles como al cumplimiento de los valores. Entre todos con el apoyo del mediador/a se define quién cumplió las reglas y ganó el partido.
El Fútbol Callejero es una práctica disruptiva: pone la palabra y el acuerdo de reglas y convivencia en la voz de lxs participantes, quitando protagonismo al árbitro como figura que regula el juego y apelando a la auto-regulación, la adopción de los valores acordados por lxs participantes y la mediación como estrategia de resolución de conflictos.
Actualmente, la metodología del Fútbol Callejero es implementada en países de todo el mundo, que se articulan a través del Movimiento de Fútbol Callejero. Las organizaciones abordan problemáticas diversas pero comparten la utilización de la metodología de fútbol callejero como estrategia para promover procesos de paz y diálogo, inclusión social y urbana, fomentar la equidad de género y la defensa de derechos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, y alentar una mejor convivencia.